Con
delicadeza fui haciendo todo tal cual lo habíamos planeado durante
la tertulia, ella reía de manera nerviosa mientras con corbatas
amarraba sus muñecas y tobillos a la cama. En realidad mas que
planear las cosas, se dieron de manera natural.
Estado
de facebook , llamada telefónica , reunión después de años sin
vernos , una rica cena y como siempre pasa, el alcohol haciendo el
trabajo de desinhibir. ( bendito alcohol )
Aunque
siempre hemos tenido mucha confianza y hablado de cualquier tema sin
dobles intenciones, en esta ocasión las cosas se dieron de manera
diferente.
Comenzó
todo cuando preguntó si seguía escribiendo relatos eróticos para
luego relatarme una de sus fantasías sexuales, ser sometida.
Me
habló de una película que había visto y que curiosamente le
despertó el interés por el tema, yo escuchaba todo intentando no
desconcentrarme con el sugerente escote de su vestido negro.
Mientras
relataba la película las cosas fueron cambiando de tono, pasamos de
las risas a la seriedad, era evidente que hablar de sexo había
disparado la libido en ambos. Las señales iban y venían de manera
constante ( cruces de piernas repetitivos, mejillas levemente
sonrojadas por el calor, parpadeos incesantes …)
-¿Escribirás
la historia que te pido conmigo como protagonista?
-Preferiría
que hiciéramos una película , mi celular tiene muy buena cámara -respondí sonriendo
-¿Y
después me escribirás el relato?
Esas
fueron las ultimas palabras que intercambiamos en el restaurante.
La
até a la cama tal como quería, con brazos y piernas extendidos
formando una cruz, luego vendé sus ojos. Ella no dejaba de reír
nerviosamente y eso me encantaba , siempre me ha gustado su hermosa
sonrisa. Una vez atada comencé a acariciar sus piernas, desde las
pantorrillas subía por sus muslos siempre por debajo del vestido.
El
suave tacto de su piel me incitó a cambiar las caricias por los
besos , ya no eran mis manos las que recorrían su cuerpo , ahora lo
hacia con mis labios dando besos desde la punta de sus pies hasta el
borde de su ropa interior.
Ardiendo
en deseo me senté sobre ella, torpemente desabotone la parte
delantera del vestido para dejar al descubierto esos senos perfectos.
Llevaba un sostén negro de encaje y pantaletas del mismo color.
Subí
el sosten y mientras chupaba sus pechos rozando mi lengua contra sus
pezones duros como zuela, palpaba su vagina por sobre la negra
pantaleta que a esas alturas estaba completamente humedecida , no
pude dejar de pensar que tal vez las había mojado mientras veníamos
en el taxi imaginando todo lo que haríamos.
Ella
por su parte había pasado de reír a jadear, su excitación parecía
impedirle respirar.
Tomé
su cara y la besé , fue un beso intenso , un beso de lenguas
desesperadas buscándose , confundiéndose , agitándose
frenéticamente de boca en boca como si estuvieran en una batalla.
Todo siempre sin dejar de acariciar su vagina que parecía un volcán
a punto de hacer erupción (se podía sentir como palpitaba a mi
tacto). Cuando separe mi boca de la suya susurró:
-Azotarme
Tuve
que resistir la tentación de penetrarla de inmediato , tanto juego
previo me había provocado una erección. De pie junto a la cama ,
mientras ella jadeante esperaba su castigo me quité el cinturón.
-¿Me
castigarás ahora?
Por
respuesta le di un golpe con la correa ,un golpe tímido, no era mi
deseo golpearla, pero así lo había deseado y era el trato. Un segundo golpe
igual de suave como el primero sobre sus piernas y ella dejó escapar
un gritito, no de dolor, fue mas bien como un grito de susto, medio
orgásmico ( lo disfrutaba ).
Me
armé de valor y comencé a golpear con mas fuerza , ella se mordía
los labios mientras las marcas de la correa se sumaban en sus piernas
y abdomen. Uno tras otro le fui dando el castigo que pedía y su piel
se tornaba roja con cada azote que le daba.
Me
detuve un momento para tomar aliento, acaricié las marcas que los
correazos le habían dejado y comencé a soltar sus piernas , pensaba
que había sido suficiente castigo para ser la primera vez.
-Soy
una puta , lo merezco , no me tengas compasión.
Perplejo
, solté sus pies y manos. ¿Aun quería mas? ¿cual debía ser el
limite al castigo?
-Date
la vuelta María
Obediente
se puso boca abajo mientras la despojaba de sus ropas. Volví a
amarrarla , esta vez con mas fuerza. La imagen de María desnuda ,
vulnerable , a merced de mis deseos será algo que no olvidare jamás.
-¿A
las putas se les azota? -Pregunté
-Si
, a las putas perversas como yo se les azota sin compasión.
Respondí
con un golpe seco , con tanta fuerza que la correa “chasqueo” en
el aire al lanzarlo y fue a caer sobre sus nalgas tersas y redondas.
Un segundo golpe aun mas fuerte le sacó un grito que ella ahogó
poniendo la boca contra las sabanas. Quería terminar con esto y
pensaba en que si la golpeaba con mas intensidad pediría que nos
detuviéramos, pero eso no pasó.
A
cada azote se retorcía , tiraba de sus amarras como buscando fuerza
para soportar el castigo. Yo por mi parte repartía los azotes por su
espalda , brazos , piernas y culo, cada vez con mas fuerza. De pronto
dejó de tapar su boca para lanzar alaridos mientras se sacudía y
pedía mas, descubrí con asombro que disfrutaba de sus gritos.
Extrañamente comencé a sentirme a gusto, me provocaba placer
escucharla gritar, la sensación de tener poder sobre alguien de
manera tan brutal me elevaba la libido a niveles desconocidos, llegando al punto en que sin poder
soportar mas la embestí de manera animal.
Me
desnude rápidamente , ella me miraba mientras tomaba aire
respirando agitadamente.
-¿Quieres
castigo? - le pregunté mientras de rodillas entre sus piernas le
pegaba palmadas en su culo rojo por tanto azote y le metía los dedos
en su húmeda vagina de manera frenética. Entonces recordé que
durante la velada me había confesado jamas haber tenido sexo anal,
mojé mis dedos con abundante saliva y comencé a estimular su ano,
metiendo primero un dedo a la mitad hasta poder meter dos
completamente , a esas alturas mi pene estaba duro como una estaca.
La penetré , empujé mi pene con fuerza hasta sentir que mis
testículos rozaban con sus nalgas y de inmediato comenzó con los
gritos. Pedía , rogaba que me detuviera , pero nada podía hacer. Estaba como poseído embistiendo salvajemente una y otra vez , sin pausa , sin clemencia, mientras ella se retorcía intentando safarse.
-¿Te
gusta así puta?!! - le gritaba al oído mientras la penetraba cada vez con
mas fuerza, estimulado por los gritos que ella daba. Con mis manos apretaba sus
pechos , pellizcaba sus pezones con la punta de mis dedos
, mordía sus orejas y cuello , todo de manera intensa y a lo bestia.
Su
ano cálido y apretado me daba un placer inmenso, nunca antes había
tratado a una mujer de esa manera y el placer que sentía era nuevo
para mi. Entre espasmos , gritos y gemidos me llego el orgasmo ,
acabé sobre su espalda.
Al rato la liberé , pidiendo disculpas por mi comportamiento mientras ella se vestía y me miraba de manera inquietante.
Antes de salir me sonrio y dijo:
-No fue como lo imaginé , pero la segunda vez estará mejor ¿verdad? ............
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