AMOROFOBICO

domingo, 16 de noviembre de 2014

MARIA JOSE


Con delicadeza fui haciendo todo tal cual lo habíamos planeado durante la tertulia, ella reía de manera nerviosa mientras con corbatas amarraba sus muñecas y tobillos a la cama. En realidad mas que planear las cosas, se dieron de manera natural.
Estado de facebook , llamada telefónica , reunión después de años sin vernos , una rica cena y como siempre pasa, el alcohol haciendo el trabajo de desinhibir. ( bendito alcohol )
Aunque siempre hemos tenido mucha confianza y hablado de cualquier tema sin dobles intenciones, en esta ocasión las cosas se dieron de manera diferente.
Comenzó todo cuando preguntó si seguía escribiendo relatos eróticos para luego relatarme una de sus fantasías sexuales, ser sometida.
Me habló de una película que había visto y que curiosamente le despertó el interés por el tema, yo escuchaba todo intentando no desconcentrarme con el sugerente escote de su vestido negro.
Mientras relataba la película las cosas fueron cambiando de tono, pasamos de las risas a la seriedad, era evidente que hablar de sexo había disparado la libido en ambos. Las señales iban y venían de manera constante ( cruces de piernas repetitivos, mejillas levemente sonrojadas por el calor, parpadeos incesantes …)

-¿Escribirás la historia que te pido conmigo como protagonista?
-Preferiría que hiciéramos una película , mi celular tiene muy buena cámara -respondí sonriendo
-¿Y después me escribirás el relato?

Esas fueron las ultimas palabras que intercambiamos en el restaurante.

La até a la cama tal como quería, con brazos y piernas extendidos formando una cruz, luego vendé sus ojos. Ella no dejaba de reír nerviosamente y eso me encantaba , siempre me ha gustado su hermosa sonrisa. Una vez atada comencé a acariciar sus piernas, desde las pantorrillas subía por sus muslos siempre por debajo del vestido.
El suave tacto de su piel me incitó a cambiar las caricias por los besos , ya no eran mis manos las que recorrían su cuerpo , ahora lo hacia con mis labios dando besos desde la punta de sus pies hasta el borde de su ropa interior.
Ardiendo en deseo me senté sobre ella, torpemente desabotone la parte delantera del vestido para dejar al descubierto esos senos perfectos. Llevaba un sostén negro de encaje y pantaletas del mismo color.

Subí el sosten y mientras chupaba sus pechos rozando mi lengua contra sus pezones duros como zuela, palpaba su vagina por sobre la negra pantaleta que a esas alturas estaba completamente humedecida , no pude dejar de pensar que tal vez las había mojado mientras veníamos en el taxi imaginando todo lo que haríamos.
Ella por su parte había pasado de reír a jadear, su excitación parecía impedirle respirar.
Tomé su cara y la besé , fue un beso intenso , un beso de lenguas desesperadas buscándose , confundiéndose , agitándose frenéticamente de boca en boca como si estuvieran en una batalla. Todo siempre sin dejar de acariciar su vagina que parecía un volcán a punto de hacer erupción (se podía sentir como palpitaba a mi tacto). Cuando separe mi boca de la suya susurró:

-Azotarme

Tuve que resistir la tentación de penetrarla de inmediato , tanto juego previo me había provocado una erección. De pie junto a la cama , mientras ella jadeante esperaba su castigo me quité el cinturón.

-¿Me castigarás ahora?

Por respuesta le di un golpe con la correa ,un golpe tímido, no era mi deseo golpearla, pero así lo había deseado y era el trato. Un segundo golpe igual de suave como el primero sobre sus piernas y ella dejó escapar un gritito, no de dolor, fue mas bien como un grito de susto, medio orgásmico ( lo disfrutaba ).
Me armé de valor y comencé a golpear con mas fuerza , ella se mordía los labios mientras las marcas de la correa se sumaban en sus piernas y abdomen. Uno tras otro le fui dando el castigo que pedía y su piel se tornaba roja con cada azote que le daba.
Me detuve un momento para tomar aliento, acaricié las marcas que los correazos le habían dejado y comencé a soltar sus piernas , pensaba que había sido suficiente castigo para ser la primera vez.

-Soy una puta , lo merezco , no me tengas compasión.

Perplejo , solté sus pies y manos. ¿Aun quería mas? ¿cual debía ser el limite al castigo?

-Date la vuelta María
Obediente se puso boca abajo mientras la despojaba de sus ropas. Volví a amarrarla , esta vez con mas fuerza. La imagen de María desnuda , vulnerable , a merced de mis deseos será algo que no olvidare jamás.

-¿A las putas se les azota? -Pregunté 
-Si , a las putas perversas como yo se les azota sin compasión.

Respondí con un golpe seco , con tanta fuerza que la correa “chasqueo” en el aire al lanzarlo y fue a caer sobre sus nalgas tersas y redondas. Un segundo golpe aun mas fuerte le sacó un grito que ella ahogó poniendo la boca contra las sabanas. Quería terminar con esto y pensaba en que si la golpeaba con mas intensidad pediría que nos detuviéramos, pero eso no pasó.
A cada azote se retorcía , tiraba de sus amarras como buscando fuerza para soportar el castigo. Yo por mi parte repartía los azotes por su espalda , brazos , piernas y culo, cada vez con mas fuerza. De pronto dejó de tapar su boca para lanzar alaridos mientras se sacudía y pedía mas, descubrí con asombro que disfrutaba de sus gritos. Extrañamente comencé a sentirme a gusto, me provocaba placer escucharla gritar, la sensación de tener poder sobre alguien de manera tan brutal me elevaba la libido a niveles desconocidos, llegando al punto en que sin poder soportar mas la embestí de manera animal.
Me desnude rápidamente , ella me miraba mientras tomaba aire respirando agitadamente.

-¿Quieres castigo? - le pregunté mientras de rodillas entre sus piernas le pegaba palmadas en su culo rojo por tanto azote y le metía los dedos en su húmeda vagina de manera frenética. Entonces recordé que durante la velada me había confesado jamas haber tenido sexo anal, mojé mis dedos con abundante saliva y comencé a estimular su ano, metiendo primero un dedo a la mitad hasta poder meter dos completamente , a esas alturas mi pene estaba duro como una estaca.

La penetré , empujé mi pene con fuerza hasta sentir que mis testículos rozaban con sus nalgas y de inmediato comenzó con los gritos. Pedía , rogaba que me detuviera , pero nada podía hacer. Estaba como poseído embistiendo salvajemente una y otra vez , sin pausa , sin clemencia,  mientras ella se retorcía intentando safarse.

-¿Te gusta así puta?!! - le gritaba al oído mientras la penetraba cada vez con mas fuerza, estimulado por los gritos que ella daba. Con mis manos apretaba sus pechos , pellizcaba sus pezones con la punta de mis dedos , mordía sus orejas y cuello , todo de manera intensa y a lo bestia.
Su ano cálido y apretado me daba un placer inmenso, nunca antes había tratado a una mujer de esa manera y el placer que sentía era nuevo para mi. Entre espasmos , gritos y gemidos me llego el orgasmo , acabé sobre su espalda.

Al rato la liberé , pidiendo disculpas por mi comportamiento mientras ella se vestía y me miraba de manera inquietante. 

Antes de salir me sonrio y dijo:
-No fue como lo imaginé , pero la segunda vez estará mejor ¿verdad? ............



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